Cuidar la presentación de tus recetas, el método de cocción empleado, la vajilla escogida o prestar especial atención a la decoración del plato con especias, salsas u otros aderezos son detalles clave para atraer y provocar el apetito de tus clientes. Especialmente para aquellos que acuden a diario, pues convertir las clásicas elaboraciones de menú en platos más visuales y apetitosos, te ayudará a no caer en la monotonía.
Despierta el apetito
Jugar con los colores de los ingredientes, los cortes de estos (en juliana, brunoise, dados, rodajas, medias lunas,…), la variedad de elaboraciones previas (macerado, germinado, fermentado, prensado) o el método de cocción (escaldado, al vapor, estofado, rehogado, plancha, tempura, horno,…) permite un sinfín de combinaciones que hacen que una receta sencilla pueda convertirse en un plato singular y atractivo. Es el caso de las verduras, tubérculos y legumbres, ya que su combinación de colores puede resultar explosiva a la vista del comensal. No es lo mismo cocinar la clásica menestra de verduras, que elaborar una lasaña, un hojaldre o una preparación al papillote con los productos de la huerta de temporada.
Además, ten en cuenta que no tienen por qué ser el plato principal, sino que pueden actuar como guarnición en forma de purés, salteados al wok o, lo último en tendencias, los chips crujientes de vegetales.
UNA PRESENTACIÓN DE LOS ALIMENTOS MÁS CUIDADA Y VISTOSA, AYUDA A DESPERTAR EL APETITO DE NIÑOS Y ADULTOS
Adereza con destreza
Los condimentos también son una buena manera de dar un toque distinto de color a tus platos, además de aportar textura, aroma y gusto. Para ello, puedes contar con aceites aromatizados y vinagretas para acompañar cremas y ensaladas; sales, pimientas, hierbas y otras especias más exóticas para resaltar carnes y pescados; o un clásico entre los clásicos, cocinar cebolla caramelizada para dar un gusto dulzón a las ensaladas o hamburguesas.
Aunque si hay un plato que permite dar rienda suelta a la creatividad, este son los postres. Siropes, espumas, gelatinas, helados, frutas, frutos secos, golosinas y un sinfín de ‘toppings’ más están a tu disposición. Y para los más atrevidos, también existe una amplia gama de germinados y flores. Contar con ellos para la decoración del plato es un éxito asegurado gracias a su gran vistosidad.
La vajilla también cuenta
Cortadores, ralladores, lápices o aros de montaje permiten presentar ensaladas, pasteles o una simple tortilla o huevo a la plancha con gran elegancia y originalidad. En este sentido, no debemos olvidar que la utilización de moldes y otros utensilios de decoración resultan grandes aliados para conquistar el estómago de los más pequeños, ya que permiten realizar composiciones con forma de caras, animales, etc., convirtiéndose así en platos muy atractivos.
Por último, servir los alimentos en una vajilla diferente a lo habitual también te ayudará a llamar la atención de tus clientes. Hoy en día, existe una gran variedad de recipientes con formas y colores muy distintos, siendo el plato de pizarra uno de los más recurrentes para presentar tapas y platos con la carne como ingrediente principal.
La cocina es un arte y en el plato hay que:
- Combinar los colores de los ingredientes
- Apostar por cortes originales
- Variar métodos de cocción y preparación
- Aderezar con nuevos aromas
- Jugar con las texturas
- Innovar en la mezcla de sabores
- Usar utensilios y vajillas atractivos
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