La sensibilidad de Lola Marín
Entre tapitas y cañas de la bella Granada, encontramos elegancia y alta cocina en el restaurante Damasqueros. Una ‘rara avis’, soñada y hecha realidad por la Chef Lola Marín, una de las jóvenes promesas de la cocina española. Curtida entre los más grandes fogones del país, abrió este restaurante casi por casualidad con su marido, Santiago Cara, sumiller de Damasqueros. Y todo apunta a que un día de estos, les colgarán una estrella....
¿Por qué te apasiona cocinar?
Porque se me olvida todo, el tiempo vuela cuando estoy ante los fogones. Pero la parte más bonita es que con mi cocina puedo emocionar a los comensales. No solo se trata de alimentar, la gastronomía debe ser capaz de despertar la sensibilidad de las personas.
¿Siempre has tenido clara tu vocación?
Siempre me ha encantado cocinar. Mi abuela decía que tenía “manos de monja” y en casa vivíamos mucho en torno a la mesa. Pero era buena estudiante y, en un principio, no me plantee dedicarme a ello profesionalmente. De repente tomé consciencia de que me apasionaba y no me quería quedar con las ganas de intentarlo, así que me apunté a la Escuela de Hostelería de Granada para hacer el ciclo superior de restauración.
Así empezó todo….
Sí, pero este grado tocaba mucho la esfera organizacional y lo que me gustaba era crear, cocinar. Decidí irme a San Sebastián a estudiar a la prestigiosa Escuela de Cocina de Luis Irizar y entonces es cuando supe que era lo mío: empecé a hacer prácticas y trabajar en grandes restaurantes como Martín Berasategui, Ni Neu (Palacio Kursaal)… Después me fui a Santiago de Compostela, donde aprendí mucho, y volví a Granada. Con la intención de seguir formándome, trabajé en distintas cocinas locales.
Y finalmente montaste tu restaurante.
Fue mucha casualidad. Llevaba tiempo pensando que quería ser más independiente y dirigir mi propia cocina, con mis criterios y haciendo lo que me daba la gana. Un lunes visité el local donde se alberga hoy Damasqueros y el viernes firmé los papeles. Ya hace cinco años que empezó esta aventura.
¿Cómo es la carta de presentación de Damasqueros?
Es un local muy especial, diferente. Una ‘rara avis’ en Granada, pero con nuestro sello de identidad. Hemos conseguido crear una marca propia con una oferta gastronómica que se compone exclusivamente de un menú degustación semanal, una fórmula que sorprende y funciona entre la increíble oferta de tapas y cañas que hay en la ciudad. Lo que prefiero de este proyecto, ¡es que tengo libertad absoluta para hacer lo que quiero!
Tu cocina es…
Muy sensible, emocional, delicada y elegante. Cuidamos cada producto, siendo muy detallistas. Es un lugar aparte en Granada, una ciudad muy complicada para implantar este nivel gastronómico. Pero somos tan diferentes que allí está nuestro segmento de mercado.
